Diego de Almagro, descubridor de chile, venía avanzando desde el Perú hacia el sur, en busca de abastecimientos que venían por mar, cuando el Santiaguillo un pequeño barco llega a la región de Valparaíso.
Valparaíso era un puerto de embarque de pasajeros, productos, oro y correspondencia oficial hacia el Perú por lo que se levantaron enormes bodegas y hospedajes de paso.
Al asentarse la gente en Valparaíso, se comienza a evangelizar y se construye lo que hoy se conoce como la iglesia la matriz.
La arquitectura de Valparaíso es su principal encanto, esto debido al mestizaje de la arquitectura colonial española con otros estilos europeos no hispanos como el victoriano, traído por británicos durante el siglo XIX, esto debido a la reconstrucción de Valparaíso por el terremoto de 1906, donde se incursiono en materiales como madera, fierro forjado y acero, de manera que fuesen sísmicamente mas estables.
La peculiar distribución territorial de Valparaíso, donde los cerros y sus quebradas invaden la costa, junto con números miradores repletados por turistas para ver de manera panorámica la ciudad puerto, también numerosos recorridos entre los cerros más antiguos de la ciudad (Cerros Alegre y Concepción), en la cual se contemplan, jardines, plazoletas, miradores escondidos entre casas y balcones y un encanto que ronda entre los cerros.
Los cerros de Valparaíso tienen características urbanas y sociales diferentes unos de otros, los nombres de los cerros nacieron a medida que estos se iban ocupando, tienen sus propias calles y escaleras de acceso e innumerables pliegues de lomajes y quebradas. Sus sectores y esquinas han ido tomando nombres, de acuerdo a edificios, costumbres criollas, u oficios que se practicaban en ellas.